Encontré esta nota bastante interesante sobre el logo de google en la nación. Que la disfruten.
Por Ruth Kedar, diseñadora del logo original de Google
Este año se cumple el décimo aniversario de Google y me pidieron algunos comentarios acerca de cómo era en ese entonces, cuando todo comenzó.
Para mí, todo se inició con un mensaje de correo electrónico que me envió Larry Page, quien me preguntaba si estaría interesada en diseñar un logotipo para una empresa de nombre Google, que recién se ponía en marcha.
Mientras me preparaba para ese encuentro, no tenía idea de que diez años más tarde "google" sería un verbo y también una de las marcas más omnipresentes y reconocidas del mundo.
No obstante, no pasó demasiado tiempo del encuentro con Larry y Sergei hasta que me di cuenta de que ellos sobresalían incluso entre la multitud que uno usualmente encuentra en Stanford.
Ellos eran inquebrantables y no claudicaban en su convicción de que su esfuerzo les daría grandes frutos y eran apasionados no sólo respecto de su producto sino también respecto de la clase de compañía que querían que fuera Google.
Su motor de búsqueda produjo resultados precisos, globales y, sobre todo, confiables, presentados de manera simple y elegante, lo cual lo hizo increíblemente fácil de usar.
Encabezando la innovación en todos los campos, Google se jactó de convertirse en una cultura, no en una empresa.
No había nada pequeño o modesto respecto de su visión, y hubiera sido fácil desecharla si no hubiera sido por su irresistible mezcla de irreverencia y brillantez, salpicadas con un juvenil entusiasmo y un grandioso sentido del humor. Era imposible no ser arrasado por sus contagiosos sueños.
Durante los meses siguientes, trabajé con ellos para poner a punto estos conceptos e ideas, pasando por múltiples repeticiones hasta que sentimos que teníamos un logotipo bien diferenciado y único, que era sinónimo de todas las cosas que ofrecía Google.
En la actualidad, Google es una entidad mucho más compleja; ha evolucionado y crecido más allá de nuestra más alocada imaginación y, sin embargo, el diseño original ha perdurado y ha trascendido tanto el tiempo como sus necesidades originales.
Es difícil imaginar a uno sin el otro y sólo por eso ya siento que es un logro, pero me rehúso a tomarme demasiado seriamente o a hacer flamear el logotipo como si fuera una bandera de engreimiento.
Porque, en algunas ocasiones, la diferencia entre ver cómo se construye la historia y ser parte de ella, construyéndola, es sólo cuestión de estar en el lugar correcto y en el momento indicado.
TRADUCCIÓN DE ANGELA ATADÍA DE BORGHETTI.
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